El Director de Cine Luis Marias rueda la pelicula “Fuego” con Jose Coronado como actor principal en el Caserio de Butrón a principios de Abril de 2014

“FUEGO” es aparentemente un thriller, una historia de crímenes y venganza. Pero es mucho
más.
Pretende abordar de forma ficcionada la encrucijada en la que se halla actualmente la sociedad
vasca. ETA ha abandonado las armas, parece que de forma definitiva. La paz ha llegado, pero
detrás queda un largo camino de dolor. ¿Qué sucede con toda esa gente a la que el dolor ha
alcanzado de pleno en un lado y en el otro del conflicto?
La idea central de esta historia es que el dolor, el odio, son como el fuego. Arden incontrolados
y van extendiéndose y quemando todo lo que tocan. Incluso a los inocentes. Por eso ese fuego
hay que atajarlo y apagarlo.
Los personajes principales de “FUEGO” han vivido en primera persona los efectos de la
violencia más cruel: un policía víctima de un atentado, la mujer del etarra responsable y sus
respectivos hijos. Cada uno lleva esa carga de manera diferente. CARLOS, el policía, solo
siente un odio y una venganza que le consumen como el fuego y no sabe cómo controlarlos;
OIHANA, la mujer del etarra, arrastra la pesada carga del pasado sin saber muy bien cómo asumirla. Y los hijos de ambos también sufren los efectos de aquella violencia, aunque a
diferencia de sus padres, tienen todo el futuro por delante y quieren vivirlo en paz. Son ellos los
que sobrevivirán a este fuego destructor. Quizá sus padres no tengan tanta suerte.
Aunque este proyecto sea aparentemente localista, el tema es universal. En cualquier país o
parte del mundo hay gente que ha sufrido de forma descarnada la violencia. En todos ellos se
produce la misma reacción ante esa violencia: La venganza, o el olvido. Ambos son
sentimientos básicos del ser humano. Pero esa reacción plantea otros conflictos. ¿Sirve para
algo la venganza? ¿Es justo y conveniente olvidar?

Sinopsis

CARLOS es policía. Un día, una bomba en su coche mata a su mujer y deja sin piernas a su hija
de 10 años. El resulta intacto.
11 años más tarde parece otra persona. Vive en otra ciudad, Barcelona; tiene otro trabajo, en
una importante empresa de seguridad y su hija parece haber superado aquel duro trauma,
aunque ciertas secuelas sean imborrables. El, tras años de severo tratamiento sicológico,
también parece volver a ser una persona a la que han dado una segunda oportunidad. Nada
más lejos de la realidad. En lo más profundo de su ser solo hay cabida para un sentimiento que
consume a los demás: el odio. Y un único objetivo: la venganza.
11 años ha estado madurando esa venganza. Hasta que en 1913 ve la ocasión idónea para
llevarla a la práctica. Se dan por fin todas las circunstancias que ha estado esperando con
paciencia. El etarra que asesinó a su mujer y mutiló a su hija está en prisión por aquel y otros
delitos desde hace años. Pero el plan de CARLOS es que sienta y sufra exactamente lo que ha
sentido y sufrido él. Solo así piensa poder librarse del tormento en el que vive. No le importan
las consecuencias posteriores de su venganza. No le importa que le encierren, o que muera. Al
fin y al cabo, muerto se siente y a los muertos nada se les puede quitar. Su enfermiza
convicción es que alguien encendió dentro de él una hoguera que aún arde y todo lo ha
consumido. Quiere pasar ese fuego a quien lo provocó y con eso volver a sentir paz y alivio.
Su plan es sencillo, ganarse la confianza de OIHANA, la mujer del etarra y su hijo, ARITZ, que
tiene síndrome de Down y que en la actualidad viven en Lekeitio. Ganarse su confianza, hasta
su cariño, para así hacerles aún más daño y que se pregunten lo que él se ha estado
preguntando cada día de estos años: ¿Por qué? Lo que CARLOS descubre es que tanto OIHANA
como ARITZ también son víctimas de su pasado. Más de lo que él podría pensar. También sus
vidas han sido destrozadas y están pagando día tras día. Pero CARLOS no desea escuchar, solo
vengarse.
No se da cuenta que el odio y la venganza son ese fuego que todo lo consume; crece y crece,
como una fiera que se va alimentando de nuevas víctimas. Sus llamas se extienden dejando
solo cenizas a su paso. El piensa matar a la madre y mutilar a su hijo.
Otras personas interfieren en esta historia, trastocándola… La propia hija de CARLOS, que se va
dando cuenta de las intenciones de su padre; una mujer policía que pertenece al pasado de
CARLOS. Pero muy especialmente OIHANA y ARITZ.